CAUSAS DEL AGUJERO DE LA CAPA DE OZONO

Las causas del agujero de la capa de ozono pueden ser varias y afectarnos tanto a los humanos como a otras especies del planeta.

Las causas del agujero de la capa de ozono se deben al uso indiscriminado de ciertas sustancias que afectan su estructura molecular.

El ozono es un gas azul que es peligroso si lo tenemos cerca, si se respira demasiado puede ser muy dañino, pero más o menos a 40 kilómetros de altura de la superficie de la Tierra, nos protege porque absorbe las radiaciones ultravioletas provenientes del Sol. Las radiaciones ultravioleta pueden causar enfermedades graves como cáncer en la piel, del cual ha habido aumento en los últimos años.

El término "capa de ozono" está mal empleado porque en realidad no se trata de una capa propiamente dicha, el ozono se encuentra disperso en la estratosfera, que está formada por una mezcla de gases. El ozono es sólo una pequeña parte de esta mezcla, sin él probablemente nunca habría existido la vida en nuestro planeta.

Desde hace aproximadamente 60 años, empezamos a producir unos gases artificiales que se llaman "clorofluorocarbonados" (CFC para mayor facilidad) y halones que flotan hasta la estratosfera y destruyen el ozono que nos protege.

¿Cómo surgieron los CFC? En 1930 la industria de refrigeradores estaba pasando por una crisis. En esa época se usaban sustancias venenosas como el amoniaco en los compresores, pero cuando un accidente famoso en el hospital Cleveland ocasionó varias muertes, la compañía Frigidaire se vio en la necesidad de contratar al famoso químico Thomas Midgley Jr. para que inventara algo que no fuera dañino y pudiera usarse en lugar del amoniaco. Así nacieron los "clorofluorocarbonados".

Los CFC se volvieron muy populares y se usaban en la industria en toda clase de productos, pues ayudaban a formar aerosol y propelentes: ablandadores de carne, spray para el cabello, repelentes y lociones para la piel, y sobretodo refrigeradores y aire acondicionado. La ventaja de los CFC es que no son inflamables y no son tóxicos.

Sin embargo, los CFC son muy difíciles de romper, permanecen en la atmósfera durante muchos años, ellos son los que han hecho el enorme agujero de la capa de ozono que cubre nuestro planeta, la cual nos protege contra algunas radiaciones cósmicas.

En 1985 los científicos descubrieron un agujero en la capa de ozono del tamaño de un continente, a la altura del Polo Sur; en 1989 apareció otro en el Polo Norte. Los científicos se dieron cuenta de que el abuso de los CFC provocaba la degradación del ozono en la estratosfera, aunque hasta la fecha no se sabe exactamente el mecanismo por el cual esto sucede; pero se cree que es una reacción fotoquímica, es decir, los CFC entran en contacto con la luz solar y liberan moléculas afines con el ozono, al mezclarse con el ozono la molécula se modifica y este se convierte en un elemento diferente.

El mundo entero estaba preocupado por lo que estaba sucediendo en la capa de ozono, en 1987 se llevó a cabo una Conferencia Internacional en Montreal donde la mayoría de los países se comprometieron a reducir la producción global de CFC (incluso se han prohibido en varios países); sin embargo los CFC aún se siguen produciendo y hemos acumulado más de 16 millones de toneladas de CFC en la atmósfera.

Si la destrucción del ozono sigue aumentando, estamos en peligro porque los rayos ultravioleta provocan alteraciones genéticas y destruyen a los organismos pequeños como bacterias y algas, alterando así la cadena alimenticia.

Tenemos que dejar de producir CFC y halones para proteger la atmósfera, de hecho el uso de CFC ha decaído mucho en la fabricación de aerosoles y refrigeradores, pero aún son usados de muchas otras formas.