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BEBE CHOCOLATE

Cuando alguien bebe chocolate está alimentándose de una deliciosa bebida de gran tradición. Como muchos ya sabrán, el chocolate es un producto tradicional mexicano que se obtiene de la manteca del cacao, una semilla que entre los antiguos prehispánicos se usaba como moneda de cambio.


BEBE CHOCOLATE


Entre los mexicas, el chocolate era una bebida elaborada especialmente para las clases altas. Las casas reales solían servir chocolate después de las comidas, preparado en agua y con especias para no modificar su sabor original.

Al llegar los españoles al "Nuevo Mundo", adquirieron un gran gusto por la bebida tanto por su sabor como por los beneficios a la salud que le adjudicaban. De esa manera llegó el chocolate a España, conservando la costumbre de servirlo sólo entre las clases pudientes.

Desde entonces, el chocolate se ha distribuido alrededor del mundo en toda clase de presentaciones: kisses, bombones (así nombró al chocolate el rey francés Luis XIV cuando se lo trajeron por vez primera de la Nueva España), chocolate suizo y belga.

Durante la época del Virreinato el chocolate se popularizó entre todas las clases, aunque las costumbres para beberlo se diversificaron. Los ricos lo tomaban por la mañana y por la tarde, en lujosos jarros de plata perfectamente decorados; los pobres en cambio, bebían el chocolate en jarritos de barro (costumbre que se conserva hasta hoy en muchos festejos tradicionales mexicanos), y al sur de país se bebía en cocos secos bien pulidos (como se sigue haciendo en Chiapa de Corzo, Chiapas).

Entre los frailes y las monjas el chocolate también era muy popular; pero su bebida requería de una estricta disciplina con varias reglas, por ejemplo, jamás beber chocolate en público ni hacerlo todos los días. Aunque había órdenes, como la de las Carmelitas, que tenían el voto de NUNCA beber chocolate. Aun así, la elaboración del chocolate cobró gran tradición entre las monjas del siglo XVIII, que preparaban el cacao mezclado con leche, canela y vainilla, y espumaban con un molinillo de madera.

Beber chocolate se hizo tan popular entre las órdenes religiosas, que dentro de las catedrales novohispanas (como en Puebla, Guadalajara y la Ciudad de México) había "chocolateros", espacios arquitectónicos donde los sacerdotes pertenecientes al cabildo bebían chocolate después de las misas mañaneras, aunque en la actualidad de estos recintos ya sólo queda el de la Catedral de Puebla de Zaragoza (antes Puebla de los Ángeles) y la de la Ciudad de México.

De hecho, dos de los sacerdotes más famosos de México, gustaban del chocolate por sus efectos energéticos: Don Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón. Se dice que Hidalgo reclamó que poco antes de su fusilamiento, el hecho de que le hubieran llevado menos leche en su chocolate: "No porque me vayan a quitar la vida deben de darme menos leche".

También durante la guerra de independencia, los insurgentes solían beber chocolate en agua, aunque en ellos esta costumbre estaba más relacionada con los bajos recursos que con la costumbre prehispánica.

El chocolate es un alimento rico en energía y tiene agradable sabor. Infortunadamente, y aunque el sabor chocolate figura actualmente en un gran cantidad de productos, no todos contienen chocolate de verdad. Es triste ver como en México, el país de origen del chocolate, existan tantas imitaciones de productos saborizados sin contener un sólo gramo de cacao.

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